Documentar procesos creativos, intervenciones urbanas y momentos culturales es una forma de contar historias desde adentro. Trabajo con una mirada honesta, sin intervenir, dejando que el entorno hable por sí mismo.
El movimiento del mar deja huellas fugaces,
formas que existen solo un instante antes de volver a ser silencio...
La serie observa ese proceso continuo, donde el agua transforma el paisaje y el límite entre permanencia y desaparición se vuelve casi imperceptible
formas que existen solo un instante antes de volver a ser silencio...
La serie observa ese proceso continuo, donde el agua transforma el paisaje y el límite entre permanencia y desaparición se vuelve casi imperceptible
SUEÑOS DE VERANO
Una serie sobre lo que recordamos… y lo que quizás nunca pasó.
Hay veranos que no se terminan, solo se desvanecen como los sueños justo antes de despertar.
En mi memoria, el agua sigue brillando con luces imposibles, las flores no marchitan y las muñecas todavía juegan sin saber por qué.
En mi memoria, el agua sigue brillando con luces imposibles, las flores no marchitan y las muñecas todavía juegan sin saber por qué.
Esta serie es un viaje a esa zona borrosa entre la infancia y la nostalgia.
Donde los colores no son reales, pero los sentimientos sí.
Donde las sombras no asustan, solo susurran que el tiempo pasó.
Aparecemos mi yo niña, mis hermanos, y las Barbies que inventaban mundos —todos flotando en el mismo recuerdo, como si nunca nos hubiéramos ido.
Donde los colores no son reales, pero los sentimientos sí.
Donde las sombras no asustan, solo susurran que el tiempo pasó.
Aparecemos mi yo niña, mis hermanos, y las Barbies que inventaban mundos —todos flotando en el mismo recuerdo, como si nunca nos hubiéramos ido.
Las fotos están teñidas de magenta, cian y niebla porque así es como mi cabeza recuerda el verano:
no como fue, sino como se sintió.
no como fue, sino como se sintió.
"Y cuando desperté, el verano ya se había ido."
ECOS DEL SILENCIO
Esta serie es una exploración íntima del cuerpo suspendido en el agua, ese lugar donde todo se vuelve más lento, más leve, más verdadero. Bajo la superficie, el mundo exterior se apaga y lo esencial comienza a hablar.
Las imágenes capturan gestos contenidos, movimientos sutiles que no buscan mostrarse, sino sentirse desde dentro. Hay algo en ese momento de repliegue, cuando todo se recoge hacia el centro que anuncia una transformación silenciosa.
La flor roja no es solo un detalle visual: representa lo que brota después del silencio. Es símbolo de aquello que crece cuando nos permitimos detenernos, hundirnos, y escucharnos con profundidad.
Esta serie nace del agua, pero habla del alma, del lenguaje corporal, de lo emocional. Cada imagen es un eco de un proceso interno, de un volver a lo esencial.
Quizás también sea una forma de dar espacio a lo que aún no tiene forma, pero ya está en camino...
Virginia
Ingrid